Hoy después de este largo paréntesis sin publicar, que no sin bajar al sótano a trabajar, empezamos con el árbol de pedidos lleno otra vez, parece como si este Enero a pesar de ser el más duro en décadas, por el clima también, fuera el más cálido en ofrecer cariño.
Todos los nuevos pedidos son regalos a terceras personas, eso me alegra todavía más, pues si alguien adquiere algo para sí, digamos que se ofrece a si mismo, pero cuando se trata de ofrecer a otros, eso, no tiene precio, ahí, mis rebajas si son substanciosas, si es regalo, los precios bajan hasta el 75%...tanto como los años que hoy cumpliría Elvis.
Todos los nuevos pedidos son regalos a terceras personas, eso me alegra todavía más, pues si alguien adquiere algo para sí, digamos que se ofrece a si mismo, pero cuando se trata de ofrecer a otros, eso, no tiene precio, ahí, mis rebajas si son substanciosas, si es regalo, los precios bajan hasta el 75%...tanto como los años que hoy cumpliría Elvis.
Un precio excepcional, como la voz del Rey; porque como dijo John Lennon, antes de Elvis no había nada.
Como el Elvis que yo recuerdo en mi infancia, he llenado de dorados libretas articuladas (no olvidemos sus caderas) y señaladores, por encima de todo planea el último concierto en el Marquet Square Arena de Indianápolis.
En este año en que yo cumpliré los mismos años que El Rey cuando nos dejó para irse a vivir a Tasmania, creo que haré un gran, gran homenaje al blanco que cantaba como los negros.
En este año en que yo cumpliré los mismos años que El Rey cuando nos dejó para irse a vivir a Tasmania, creo que haré un gran, gran homenaje al blanco que cantaba como los negros.
Larga vida al Rey.
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